Anatomía del lobo
La anatomía de los lobos les permite ser capaces de sobrevivir en varios lugares, sus cuerpos están diseñados para correr rápido, para seguir a sus presas y derribarlas o para huir de grandes animales.
Los lobos tienen una piel gruesa que puede ser de diferentes colores, por ejemplo existen lobos que son de color blanco, marrón, canela, negros y grises. También se sabe que tienen hermosos colores en los ojos, que pueden ser de color azul o marrón chocolate. Cuando se trata de colores y tamaños tienen una gama enorme que va de un extremo al otro.
Existen dos tipos de pelos que crecen en un lobo. La capa interna, muy cerca de la piel, que le ofrece al lobo un aislante contra los climas fríos, ayudándoles a regular su temperatura corporal. La capa externa es la que vemos a simple vista cuando observamos a un lobo y les ayuda a proteger la piel de los elementos externos. El espesor de estas dos capas de piel depende del clima en donde vivan estos animales, así como también de la época del año. Las glándulas odoríferas que se encuentran en la piel y a lo largo de la cola les permiten marcar sus territorios.
A pesar de que el cuerpo, en la anatomía del lobo, puede parecer delgado, está lleno de gruesos músculos. El aspecto escuálido de las piernas, del pecho y de la cabeza puede dar una falsa impresión.
La mayoría de los expertos creen que estos animales tienen más resistencia que cualquier otro tipo de animal en su anatomía.
El tamaño de un lobo dependerá de la ubicación, así como de la especie. Algunos pesan alrededor de 50 libras, mientras otros pueden pesar aproximadamente 200 libras. Cuando se miden desde la nariz hasta la cola pueden ser desde 4 pies y medio hasta 6 pies de largo.
Todos los lobos tienen las orejas ovaladas y una boca llena de dientes muy afilados. Cuando están completamente desarrollados tendrán 42 dientes en la boca. Los dientes delanteros son puntiagudos y les permiten hacer heridas muy profundas a las presas. Estos animales también tienen molares planos que les permiten triturar los huesos de las presas.
Sus mandíbulas son muy potentes, y les permiten capturar a sus presas, así como también luchar cuando es necesario. El secreto de sus mandíbulas radica en que se bloquean y así es que lo lobos pueden retenerse agarrados a sus presas con muy poco esfuerzo.
Las patas de los lobos son muy grandes, con un promedio de 4 a 5 pulgadas. Las patas delanteras son mucho más grandes que las traseras, con el fin de desplazar el peso de su anatomía, y también para caminar sobre la nieve y el hielo en lugar de hundirse.
Cada dedo de las patas de un lobo se mueve de forma individual, y las almohadillas del fondo de las patas son gruesas. Lo que resulta interesante es que las patas delanteras tienen cuatro dedos, mientras que las patas traseras tienen cinco. Estos animales tienen una audición magnífica y les ayuda a encontrar su propio grupo, así como a las presas.
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